Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo doze
Trata las maneras de basos (xícaras) que traían de tributos los yndios basallos de los mexicanos y maneras de rropas de bestir.

Traían xícaras rredondas, a las mil marauillas pintadas, como bateas, otras menores y más chicas, labradas y pintadas, y tecomates, basos de uer cacao, galanos, y mantas muy galanas labradas al uso mexicano con seda de la tierra (tochomitl), de todo género de colores, y pañetes labrados galanes sirben de atapar las bergüenças de los hombres, y hueipiles, nahuas blancas y labradas de muy delgado hilo y leonadas, y esteras, petates galanos [12v] labrados, otros de palma, y asentaderos labrados y espaldares que llama yzhuaycpalli, tepotzoyzpatli; y maíz, frisol, chile, calabaças, huauhtli y chiantzotzolli, pepitas, chile de todas maneras de esta Nueua España, y corteza de árboles para los brazeros escalentaderos, tea sirbe de candelas de sebo para alumbrar de noche y carbón; y todo género de piedras para labrar casas, pesada y libiana y blanca, que era el gusto y rregalo de los mexicanos; asimismo las comidas de carne de benados barbacoa asados y conexos barbacoa, tuças barbacoa, todo género de pescado de los rríos caudales, benidos de lexos tierras, camarones, sardina y langosta de la gorda de comer, y todos los demas géneros de comidas de campos y criados, naçidos de magués; y lo de las frutas que se cree abentaxar la diuersidad de géneros de frutas de diuermas maneras y tiempos que se dan y nasçen como en nra España. Todo esto, con otras muchas cosas tocantes al sustento umano, meresçieron los mexicanos por aberlo ganado con baleroso ánimo, esfuerço de sus personas y balentía en tantos y tan grandes pueblos de este Nueuo Mundo, que en aquel tiempo así se yntitulaua, "Çemanahuac, tenuchca tlalpan", lo que agora se bee por ella.Pues la diuersidad de rrosas, flores, xazmires, laureles traían los estrangeros de lexos tierras con los propios árboles y las plantauan, trasponían en diuersas partes como si en sus tierras nasçieran, benidos de las costas, como son yoloxochitl, eloxochitl, cacahuaxochitl, yzquixochitl, yexochitl, cacaloxuchitl, tonacaxochicuahuitl, y de esotras menores rrosas que nasçen y se crían Tierra Fría y en çanxas y camellones; que era cosa yncreíble lo que estos mexicanos señorearon, començando por el rrey Ytzcoatl, que primeramente fue el comienço los tepanecas azcapuçalcas y desde ay por su origen y estilo, que en él fue comienço de tener el sustento del palaçio y casa rreal de Mexico. Y los que benían de lexos tierras llegauan y comían y bestían, dexado que abían sus tributos, y aunque benían a darlo a Ytzcoatl, era para todos los mexicanos común.Y para aber de rrepartir las tierras de suso rreferidas y de pedimiento de Atenpanecatl Tlacaelel, por él començó y se le rrepartió. La primera suerte de tierras fue en Tecpayucan y luego en Chiquiuhtepec y luego en Cuauhtepec y en Apepetzpan y en Huexocuauhpan y en Tetlaman y en Ahuitzoc y en Acuenco y Tlacopan y Popotlan; y todas estas tierras y los lugares dhos, fueron tierras de los de Azcapuçalco, en diez partes, porque a tantas perteneçieron a los demás y más abentaxadamente a este Cuatlecoatl y a Tlacahueyan y Huehue Motehueçoma, en estas suertes se les adxudicaron otras tantas tierras y no a los demás mexicanos porque de los de mexicanos uezinos y pobladores contiguas se les dio y rrepartió de las propias tierras de los de Azcapuçalco, no tantas ni tan largas, sino muy moderado, a cada uno ygualmente, [13r] eçeto que de estas tierras de mexicanos, de los moderados, fueron dedicando a los dioses de sus barrios que del fruto dellas se sacase para las ofrendas de sahumerios, ençienco, papel, ulli, colores de almagro azul, negro, tintes para el pro de sus dioses y sacrifiçios de los templos.Sabido esto por los demás tepanecas nombrados de este apellido de Cuyuacan, la destruiçión de los atzcapuçalcas y el rrepartimyto de sus tierras a los mexicanos, rresçibio con esto grande pesar y soberuesióse Maxtlaton, Cuecuex y los demás tepanecas de Cuyuacan y dixeron: "Y nosotros emos de ser asimismo basallos de los mexicanos, y asegún eso tienden los de Azcapuçalco abasallarnos y tomarnos nras tierras, pues son ya basallos de los mexicanos tenuchcas, porque nosotros emos estado siempre de por sí, sin pleitos ni guerras con nenguno de ellos". "Sea esta la manera", dixo Maxtlaton a los cuyuhuaques tepanecas. "Digo yo, si os paresçe a bosotros, biemos nros mensajeros a los tepanecas atzcapulçacas sobre este negoçio de basallaxe o cautiberio de su libertad y nra si algo nos susçediere". Y así, dixo Cuecuex, capitán: "Sea norabuena. Baya buestro mensajero". Y fue con esta baxada Çacangatl teuctli. Llegado Azcapuçalco, explicó su baxada a los de Azcapuçalco y de la manera que les dieron su tierras y se abasallaron a los mexicanos. Rrespondieron que así era la berdad, que en justa guerra fueron bençidos y desbaratados, y en rrezgate de las mugeres, niños, biexos, biexas y su pueblo se abasallaron a los mexicanos y rrepartieron tre ellos sus tierras propias. Y esto rrespondieron los rnayores de ellos, llamados Acolnahuacatl y Tzocualcatl y Tlacacuitlahua. Y rreplicó el mensajero que si era posible, pues así eran basallos, que rrefiriesen nueuamente a la defensa de su patria; y, pues no querían, que utro hermano Mamaxtlaton y los demás prençipales y señores de Cuyuacan, que querían ellos darles boz de esto a los pueblos de Suchimilco y Culhuacan, que con derecho y justa causa, rrazón querían tener y poseer su pueblo y tierras y no abasallarse a los mexicanos. Y con esto concluyó su plática el mensajero.